La ortodoncia consiste en mover de los dientes aplicando una serie de fuerzas sobre ellos, y estas fuerzas son producidas por brackets, alambres, elásticos, aparatos, etc, que son activados por el ortodoncista, y que hace que los dientes se muevan a través del hueso.
La forma de la cara depende de los huesos faciales y de los dientes, con lo cual se puede modificar el perfil facial de una persona, tanto en adultos como niños. Con la ortodoncia puedes corregir la mal posición de tus dientes a cualquier edad.
En la primera visita ortodóncica se realiza la historia clínica del paciente, y se realiza un examen clínico de la dentición, de la estructura ósea, de cómo están ubicados esos dientes, sobre todo los primeros molares, las relaciones interdentarias y las relaciones óseas y el perfil del paciente.
No es necesario esperar a que aparezcan todos los dientes permanentes para realizar este tratamiento, ya que se puede aplicar sobre la
maloclusión incipiente a tiempo, evitando futuras posibles complicaciones ortodóncias y faciales.
La ortopedia maxilar influye sobre el hueso en crecimiento y los dientes, para prevenir, interceptar y solucionar las alteraciones dentarias
y del hueso maxilo-facial, ya que si el niño presenta una asimetría facial, se observa desde pequeño.
Es aconsejable que partir de los tres años los niños acudan a la consulta.
De esta manera, se puede valorar la forma en que se colocan los dientes temporales, la oclusión y la posición de los huesos.
La dirección del crecimiento del hueso se puede dirigir en los niños hasta los 10 u 11 años, hasta que hayan hecho
el recambio total de toda su dentición temporal.
La aparatología fija aplica fuerzas ligeras que corrigen a los dientes mal posicionados. De esa manera se previene la posible pérdida dentaria
futura debida a las maloclusión. Existen diferentes tipos de brackets dependiendo de la función, la acción correctora y la estética necesaria para cada caso.
Para corregir problemas ortodóncicos también contamos con alineadores. El alineador es un aparato que pasa generalmente desapercibido, pudiéndose quitar de la boca
para comer y cepillarnos los dientes. Se diseñan de forma individual y específica.
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